Este viaje no tiene boleto de regreso y lo prefiero así, me voy.
Doy un paso y me detengo, el miedo intenta frenarme, tumbarme, hacerme volver y me divierto al verlo luchar, aún no ha entendido que por fin tomé la decisión de cambiar –casi- hasta mi nombre. Muchas veces juré que me iría pero eso es lo curioso de las despedidas, que si te despides es porque realmente no quieres irte, esperas que te den al menos una razón para quedarte. Tal vez las despedidas sean una especie de amenaza. Esta vez simplemente caminé.
Los primeros pasos se hicieron muy pesados, cargaba con el pasado, lo conocido, los sueños que no cumplí, las promesas que rompí… cargaba con historias inconclusas que me llenaban la cabeza de que hubiese pasado si. Cargaba con mi negación, juraba que sería un intento fallido, que no se puede recomenzar si no es el dolor lo que te impulsa. Y yo me sentía en paz. La paz era tan desconocida, desconcertante que vivía en paranoia pensando que en cualquier momento terminaría. Que volvería el caos.
Tenía tantas ganas de volver… pero algo había cambiado dentro de mí y no me había dado cuenta, estaba comenzando a notar detalles que antes no veía, como la curiosidad de los pájaros y al mismo tiempo su imponente libertad, observan pero no se quedan para siempre en el suelo, le temen a todo lo que pueda encerrarlos, nunca a volar. Que contrarios a nosotros, que preferimos hundirnos, enjaularnos. Sentimos seguridad solo al tener firmeza bajo los pies.
Vencer los miedos se trata precisamente de conocerlos, sin conocer los porqués difícilmente seas capaz de superarlos porque tal vez te atrevas a volar sintiendo pánico pero el miedo sigue estando ahí, no lo venciste, simplemente no te detuviste pero llegará la siguiente vez y tal vez te gane la batalla. ¿Puedes ver la diferencia?
Este es un viaje hacia el interior, sin retorno, sin excusas, sin poner a alguien más como prioridad para conocerte, pero de verdad conocerte más allá de tus características básicas, ¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Qué te llena? ¿A qué le temes? ¿Cómo se superan esos miedos? ¿Cómo te tratas? Más allá de los deseos materiales, aprender a reconocer nuestra esencia. Un viaje en el que estés dispuesta a cambiar tu perspectiva en busca de una mejor realidad, a pesar de la incertidumbre. Conocerte es el primer paso, allí comienza el viaje. ¿Te atreves?
Laura Barrera Iglio
Ilustración por Andrea Romero
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