En secreto te diré que estas aquí, que no te fuiste, que no me fui

Hay tantas cosas que no podemos decirnos, tantas cosas que no podemos contar. Los mayores secretos los guardamos a nosotros mismos sin saberlo, es que simplemente hay cosas que no se pueden soportar ¿Cuántas veces el miedo nos bloquea la verdad? Porque descubrir el secreto puede cambiar nuestra forma de ver la vida, descubrirnos a nosotros mismos definitivamente cambia todas las reglas del juego.

-Cuando nos descubrimos entramos a una nueva vida-

Confesar-te- puede arruinar vidas o salvarlas, en muchos casos primero te arruinas y luego te salvas pero te aseguro que librarte de ese peso interno es lo ideal, y si descubres realmente quien eres ¿De qué te servirá ocultarlo?

Las apariencias son eso, apariencias. Tú no eres eso. Te guardas a ti mismo como un gran secreto, pocos te descubren, a pocos le cuentas quien eres, muy pocos saben entender el fondo de lo que dices más allá de tus palabras porque las palabras son solo una parte de lo que quieres decir. No te expones porque no todos merecen conocer tu verdad.

Guarda todos los secretos pero nunca tu esencia: si te gusta escribir, cantar, bailar, eres homosexual, miedoso, intelectual, sea lo que seas no puedes esconderte, ¿de quién te escondes? Porque te digo que la sociedad, tu familia, un país, tus amigos nadie puede darte lo que quieres, nadie va a libertarte; nunca podremos escondernos de nosotros mismos. Cuando te aceptes, grítaselo al mundo, no te engaño no será fácil, pero serás libre y eso no puede estar mal.

-Tantas veces preferimos sufrir en silencio y tantas veces no contamos nuestra felicidad-

En temas de amor y desamor los secretos son necesario, no puedes decirle que lo(a) extrañas cada noche, que recuerdas los detalles y hasta darías lo que no tienes para tener una peleas más, aquí se vale guardarlo, llorarlo, porque no pueden estar dos si solo uno es quien quiere. Ocultamos los besos tatuados en la piel, las lágrimas de tantas noches, las cosquillas en el cuello, las peleas que terminaba en risa y las despedidas que te dejaban un hueco en el alma. Es lo más común, todos ocultamos algún amor que nos descontrola. También se oculta el dolor, las enfermedades, la sexualidad, no queremos parecer vulnerables, nadie quiere decir que necesita un abrazo, un consejo, ayuda ¿y qué ganas? Alimentar un ego que no tiene ego.

Te sientes segura(o) guardando tus secretos, poderosa(o) porque nadie puede descubrirte pero te juzgas, te sientes ansiosa(o), impotente por no desahogarte. Compartir tu secreto lo hace más real aún y eso no podemos permitirlo. Hacerlo más real destruiría tu esquema mental, si es que quieres olvidar ese secreto, contarlo lo haría mucho más vivo y pesado; si por el contrario quieres recordarlo, contarlo te atormentaría. Es ambivalencia.

Laura Barrera Iglio

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