Madrid entre el corazón y la mente

En Madrid me encontré con mi viejo amor, ese amor que parecía imposible de olvidar, por el que lloraba cada noche. Ese amor que juraba que sería el último porque nadie me querría como él,  a ese amor, al que dejé ir cuando todavía lo amaba.

Me contaba de su nueva vida  y lo mucho que me extrañó a lo largo de los años, me confesó que cuando quiso buscarme le contaron que yo era feliz y prefirió alejarse.

Yo no podía hablar, estaba entregada al paisaje, los palacios y su gente elegante. Lo escuchaba lejano mientras me imaginaba cómo sería caminar de la mano con él  y capturar en fotos esos momentos juntos.

Reíamos del tiempo y sus jugadas, de nuestra forma de querernos y de lo increíble que es el destino que vino a presentarnos aquí y ahora. Aunque tarde, siempre tarde.

En la Gran Vía nos separamos, cada uno por su lado, una vez más. Supongo que hay amores que nunca encuentran su tiempo.

Y así fue Madrid, una sacudida al pasado y al presente, un terremoto en el corazón y en la mente. Así fue Madrid, inolvidable e inmensa.

Que ganas de volver.

 

Laura Barrera Iglio

 

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