Conversaciones Terapéuticas

Las conversaciones terapéuticas, es una idea que nació de la impotencia, sí, de las cosas negativas también surgen cosas maravillosas. Desde que comencé Siempre Ambivalencia, muchas personas se han atrevido a contarme historias, dolores, miedos… por mensajes privados, y siempre, siempre he dado lo mejor de mí en cada respuesta, pero esas conversaciones han sido limitadas, cortas y me han hecho sentir impotencia por no poder hablar más, acompañar más, ayudar más.

Hace años que quiero crear este espacio, pero el miedo me tuvo paralizada. Fui dando pasos, preparándome, ensayando con la intención de sentirme lista y adivinen: NO me sentí lista, pero sí DECIDIDA porque creo en mí, creo que las personas que quieren sanar sus heridas y aquí sé que puedo entregarme más y mejor.

Comunicar, es inevitable, tenemos ese poder innato, ¿y si empezamos a usarlo de forma consciente? ¿Y si hablando de nuestro dolor empezamos a sanarlo?

En las conversaciones terapéuticas vamos a hacer un trabajo activo, no se sana solo hablando, hace falta hacer. Y creo que ese es el elemento diferenciador de este espacio, que vamos a pasar del dolor, el miedo, etc, a la acción. Evidentemente, todo dependerá del caso, de los ritmos de cada persona, y tampoco será un trabajo abrumador. Serán pequeños pasos o modificaciones que nos acerquen a ese estado de bienestar tan anhelado.
Las conversaciones terapéuticas, es una forma de agradecerles la confianza y al mismo tiempo, la forma que encontré para escucharlos y entregarles todo lo que sé.

Para reserva una sesión (la primera es 1hy30min de duración), haz click aquí

Las personas que suman o restan en la lucha

¿Cuánto poder le das a las personas de tu entorno? ¿Alguna suma? ¿Dejas que te resten?

Nuestro entorno es importante porque, aunque luchamos solos para lograr lo que nos proponemos, las personas de nuestro entorno pueden facilitar o entorpecer nuestro camino, de forma consciente o inconsciente. En mi ebook El cambio y su resistencia, hablo sobre la resistencia a nuestro cambio que puede surgir en otros cuando decidimos hacer ajustes en nuestro comportamiento o norte, básicamente porque nuestros actos, una manera u otra, siempre repercuten en la dinámica de nuestras relaciones o por ende nuestro cambio “mueve” a la otra persona.

Somos un círculo con nuestro entorno, un engranaje que va girando de manera armoniosa y rutinaria, pero si una pequeña pieza de este engranaje se estanca o intenta cambiar de dirección, los giros de detienen. Una pequeñísima pieza puede cambiar el sentido habitual, y eso, al resto del engranaje le va a causar incomodidad. Así nace la resistencia.

Si nuestra ruta está bien marcada, si tenemos claro lo que queremos, por qué lo queremos y para qué, será difícil que la resistencia de otros nos gane la batalla porque entendemos que no estamos luchando contra ellos, sino contra nuestra vieja forma de hacer las cosas. Y ellos, aunque crean que luchan contra nosotros, realmente luchan contra una nueva forma de hacer las cosas, pero es más sencillo culpar a otros, señalar, quedarnos en la forma conocida (generalmente cómoda) de ser, hacer y sentir.

Las personas que suman son las personas que nos escuchan, nos acompañan, nos apoyan y hasta nos ayudan a lograr lo que nos proponemos sin juzgarnos, también, las personas que suman son las personas que simplemente se mantienen al margen, respetando nuestros cambios.

Las personas que restan creo que no es necesario describirlas porque básicamente si intervienen con juicios, críticas, desvaloración, negatividad… si son personas que quieren convencernos de que estamos equivocados o de que su forma de pensar es lo mejor para nosotros, sin duda restan. Es nuestro proceso y necesitamos protegernos de este tipo de personas.

Nos podemos encontrar con personas que aporten de forma ambivalente, es decir, en algunos momentos suma y en otros momentos resta, y por supuesto nos confunde; aquí vale la pena detenerse a analizar ¿Me suma más de lo que me resta o viceversa? Porque podemos tomar lo “bueno” y desechar lo “malo”, pero si nos quita energía tal vez sea mejor marcar límites.

 

Cuando delineamos los límites y se los hacemos saber a las personas, se pueden herir sensibilidades, es importante entender que no somos responsables de las reacciones de los demás. Solo somos responsables de protegernos y de construir nuestro propio camino. Luchamos solos, nos cuidamos solos, nos sostenemos solos. Si alguien no acepta nuestro cambio o nuestra lucha, o se incomoda con los límites que le colocamos, es algo que esa persona tiene que lidiar y trabajar, no nosotros. Es justamente en este punto, cuando el otro se queja, que solemos cuestionarnos e incluso tirar la toalla, y de nuevo repito: esta es tu lucha, tu proceso y su camino.

Si se tiene que romper todo, o cambiar todo, que así sea con tal de que seas fiel a ti.

 

 

Laura Barrera Iglio

El cambio

El cambio es lo único constante, y pareciera que tuviéramos muy clara –teóricamente– esta premisa pero continuamente nos chocamos con una pared de expectativas y prejuicios cuando intentamos internalizar dichos cambios.

 

Somos rígidos en la práctica a pesar de que nuestra mente no pare de moverse y de saltar de un lado a otro, generalmente, nos cuesta muchísimo aceptar y atravesar los cambios, incluso nos cuesta dar pasos hacia los cambios que decimos que queremos… porque ¡Hola resistencia! Resulta más sencillo quedarnos en la vieja forma conocida de hacer y sentir que lanzarnos al vértigo de la novedad. El cambio, siempre viene acompañado de resistencia y esto último tendemos a pasarlo por alto.

 

También somos influenciables, comparamos nuestra vida, nuestros cambios, nuestros logros o desaciertos con la realidad que creemos que viven los demás, o con sus opiniones y llegamos a desear cambios solo al ver que otros cambian, sin detenernos a medir o pensar la magnitud y el trasfondo de esos cambios que comenzamos a querer.

 

¿Por qué quieres lo que quieres? ¿Qué te mueve hacia esa dirección? ¿Y qué te retiene en la vieja narrativa? ¿Estás esperando que el otro cambie o realmente te atreves a cambiar tú? Son preguntas esenciales que simplemente no nos hacemos, por la razón que sea pero que son las principales protagonistas en nuestro proceso de cambio, sin sus respuestas, avanzar nos puede costar el doble porque conocernos internamente y conocer la raíz de nuestros deseos, nos va a llenar de determinación y constancia, nos va a ayuda a seguir cuando las fuerzas se agoten y nos va a lleva a vencer las resistencias.

 

El cambio y su resistencia, es un ebook donde exploramos a fondo todo esto con reflexiones, preguntas y ejercicios. Principalmente buscando entender, entendernos, para luego decidir si damos paso a la acción o no.

Espero que lo descubran y decidan admirar conmigo las raíces de la flor y no solo sus pétalos porque básicamente sin raíces no hay pétalos y esa es una verdad de la que no podemos seguir huyendo.

IR A LA TIENDA