La historia se va terminando, se acaba el amor y las letras, la próxima página estará en blanco y me da miedo pensarlo porque es demasiado difícil colocar ese punto final. Todo en la vida es costumbre, y yo me acostumbre a extrañarte todo el tiempo, me acostumbre a tu cariño de a ratos, ya no se dormir sin antes llorar. Esa página en blanco será el comienzo de una nueva vida y no tengo idea de cómo voy a vivirla.
Esta última página la quiero escribir con todos los sentimientos, ¿sabes cómo se siente el miedo? A mí a veces no me deja avanzar como hoy, a veces me empuja sin pensar en el error, apenas estoy en la 9na línea y no sé como continuar pero es el miedo que no me deja, cada letra que escribo es un “adiós para siempre”, no se vivir sin esperar tus llamadas que duraban horas, las caminatas de tu mano y algunos besos que retumban en mi cabeza. Tanto querías que me sintiera segura y lo intenté pero no sucedió, la inseguridad de tu amor me la tomé demasiado enserio y ahora estoy perdida porque decidí que ya tu no estarás, será como aprender de nuevo a caminar.
-En la próxima página no estarás-
¿Sabrás como te quise? Creo que no puedes imaginártelo porque nunca has querido así con el alma y con toda la voluntad, tantas veces te ganó el orgullo, tu peor error fue alejarte por miedo a que yo no fuera tan mala(o) y te enamorarás, ya sé que no debo hablar de miedo si precisamente escribo esto por miedo, la diferencia querido(a) es que a mí el miedo me mueve a cometer los peores errores, como hablarte por primera vez, ya lo presentía que tantos años más tarde seguiría imaginando tu risa.
Tanto te quise que perdone lo que a más nadie le perdonaría, el problema del perdón es que deja cicatriz. Esa tarde que te dije adiós la recuerdo perfectamente, tú no me creíste y no te culpo yo tampoco me creía pero me arme de fuerza, preferí congelar el amor. Hace poco lo saqué y con cada gota derretida que caía recordé mis lágrimas, volviste de la nada justo ahora: Me cuentas de un amor muy parecido al que sentí, me toma por sorpresa, ¿qué hacemos con las palabras? Yo ya estoy terminando este libro y tú apenas quieres comenzarlo, me parece un poco egoísta que quieras volver a hundirme en ti, luego de casi no poder salir.
Conmigo o con nadie ¿cómo puedo creerte eso? No estamos en una película romántica, no soy yo la protagonista de esta historia. Corrí días y noches, hasta llegar a un lugar llenito de seguridad, no puedo dejarlo por ti, lo hubiera hecho hace mucho tiempo pero el sentimiento de impotencia mutó porque te tardaste tanto que te olvidé, ahora ya no puedo sentirte. Muchas veces te aconseje que buscaras una niña(o) bien portada(o) con carita de muñeca(o), muchas veces lo hiciste, vaya que lo intentaste pero no te funcionó siempre supe que no sería suficiente, pero tarde, muy tarde los supiste tú, ahora ya no hay lugar para lo nuestro.
Ya se me hace tarde, comienza a despedirte de mi olor y mi cabello, de mis ojos tristes y mi gran sonrisa, de las cosquillas que te hacía y de mis piernas pero sobretodo despídete de la idea que tienes de mí. Es tu turno de intentar olvidar, anda y pasa los mismos años que yo recordándome en la noches, anda y piensa en mí cuando comas o cuando escribas. Intenta recontar una y otra vez lo errores, busca las soluciones y cuando tengas todas las respuestas sabrás que ya no estoy. Te tocará tal vez como a mí ser feliz con alguien menos intenso, más cariñoso, menos insoportable, más bondadoso, menos yo. Añorarás cosas que jamás tendrás pero sonríe al menos te dejo una buena historia que contar.
Ahora que llegó el final te digo que sigo confiando, si está escrito, será.
Laura Barrera Iglio