Déjame aquí, dentro de mi caja de pandora. Encerrada. Inmóvil. Porque si me muevo, haré real este momento. No quiero.  
 
Nos encanta adornar la realidad, tal vez para no enfrentarla. Como si al paralizarnos se hiciera menos real el dolor o la alegría. Queremos alargar los momentos felices y escapar de la tristeza… idílicamente lo queremos, evidentemente nunca lo logramos. Pero lo seguimos intentando.   Quizás porque vivir en piloto automático es más fácil, o eso nos gusta creer. Auto-engañarnos se ha vuelto parte de nuestra rutina. Inventamos excusas para todo, o de nuevo, eso nos gusta creer. Siempre hay una manera de debatir las excusas porque, generalmente, son basadas en nada. No las sostienen fundamentos más allá de la evasión. Procrastinar. Una bonita palabra para no aceptar, para escapar. Procrastinar son todas esas cosas minúsculas que hacemos casi compulsivamente para ocuparnos y pasar el tiempo. Mejor dicho, es todo lo que hacemos para no hacer la parte difícil. Sea lo que sea difícil para ti.  
 

¿Qué quieres evadir?

Evadimos relaciones, trabajos, y nos evadimos... Luchamos constantemente en contra de nosotros mismos, contra lo que a largo plazo nos haría bien. ¿Por qué?   Una vez, alguien me dijo que no quería ir a terapia porque sabía que eso sería abrir una caja de pandora. Esto me llamó poderosamente la atención, saber que algo está "mal" dentro de ti y no querer hacer absolutamente nada para mejorarlo. Le he visto estudiar por horas, trabajar por horas, ayudar a cientos de personas. Le he visto mirar por horas en las redes sociales. Le he visto no tener ni un solo instante para sí misma o para una conversación profunda. Y se queja de no tener tiempo para nada.   Sí que tienes tiempo, le dije un día. Tienes tiempo para evadir lo que sientes. Para procrastinar. Para las responsabilidades que asumen sin siquiera pensar. Pero, es agotador luchar contra ti misma cada día. Duele mucho darse con el látigo de "pobrecita yo". Es difícil ponernos como prioridad.  
 
Si tanto te afecta, ¿para qué seguir igual? ¿Para qué seguir colocando capas y capas de cosas que lo único que hacen es hundirte?    
 
Suelta las excusas. Deja de evadirte. Abre la caja. Hazte las preguntas. Y Abrázate.
 
 
  Laura Barrera Iglio